martes, 22 de mayo de 2012

Contrastes

El blog se tomó vacaciones y fue por un pequeño viaje que el autor tuvo la gran fortuna de poder hacer por el viejo continente. Los amigos insistieron en que haga reseñas de los lugares visitados, pero tengo que admitir que la idea no me gusta.

La idea del blog es centrarla en la ciudad de Rosario (como el título lo indica), y no quiero desviar la atención. Sin embargo, no está de más hacer una pequeña comparativa general, como para saber donde uno está parado. Sin embargo ADVIERTO: Las comparativas no son JAMAS para justificarse si el otro es mejor, ni para resignarse si el otro es peor o igual. Nuestro esfuerzo por seguir buscando una atención impecable es acorde a nuestros estándares, no acorde a los estándares de los demás.

En general, la comparativa es corta. Gente es gente en todo el mundo, y ciertos elementos no cambian demasiado. La gente del viejo continente también tiene que, a veces, buscar al mozo levantando la mano. En más de una ocasión, tuvimos que esperar un buen rato hasta que los mozos vinieran a atendernos. Los motivos creo pueden ser distintos, porque la verdad, algo que no faltaban eran mozos. En un lugar con 10 mesas, un mínimo de 3 mozos normalmente estaban dando vueltas por ahí. Les propongo un trato... los lectores me pagan una estadía de un año en el viejo continente, y yo me dedico a salir a comer y averiguar el motivo!

En todos lados donde fuimos, la cantidad de mozos por cantidad de mesas era mas que aceptable, he visto incluso algún bar con no mas de 4 mesas, y 2 mozos atendiendo (la pregunta que me surge en realidad es ¿Cómo hace para sobrevivir un bar con 4 mesas?).

Lo mismo se repitió en todos los lugares no gastronómicos que visitamos, siempre sorprende la cantidad de gente a tu disposición, ya sea que los encuentre fácil o no. De hecho en muchos locales de ropa, la gente trabajando parecen agentes encubiertos. Es difícil discernir si son empleados o clientes.

Creo que lo fundamental a destacar, como bueno, de todos los lugares son dos cosas: primero que nada, la sonrisa, la actitud. Ya sea que tardes o no en encontrarlos, cuando alguien te atiende, no lo hace como si te estuviera haciendo un favor. Si bien me imagino debe haber excepciones, siempre que me atendieron, fue con buena predisposición, amabilidad y una sonrisa.

Lo segundo a destacar, que es parte de la atención que te brindan, es las instalaciones. Comimos en una ocasión en una hamburguesería, con toda la pinta de carrito, pero con local. Ahora, el baño por ejemplo, limpio, muy limpio, con papel, con jabón. Cuantas veces aca vamos al baño de un lugar, para sorprendernos de lo sucia que puede ser la gente y lo descuidado que puede ser un lugar.

CONCLUSION: Desde el punto de vista de atención, el viejo mundo no aportó nada que no supiera o que incluso no obtenga en Rosario. No se si eso se supone que hable bien de nosotros, mal de ellos, o viceversa. Solo se que seguimos en la búsqueda de mejor atención en Rosario!