viernes, 27 de julio de 2012

Almacén de Cervezas. Pellegrini 388. 24/06/2012. Cena

Lugar pequeño, post pequeño, no hay tanto para decir del Almacén de Cervezas. 

El almacén de cervezas tiene muchas botellas de cerveza para vender, excelente variedad. Ahora, para tomar ahí, quizás sea un problema. Tienen lo que ellos llaman "Jirafa" (que en otros lugares se conoce también como "misil"), de hasta 2,5lts de cerveza. En un bar con 5 mesas ocupadas, y (aparentemente) tres pedidos de Jirafa, hicieron que nuestra comida llegara antes que la cerveza.

Sí se puede decir que la comida es abundante y la verdad que comimos bien, pero por un rato necesitamos una patada voladora ninja al pecho para bajar la comida, hasta que al fin llegó la cerveza. En cualquier otro lugar, les diría que es algo que puede pasar, pero en una cervecería, es un poco extraño.

Tampoco espere usted, como hemos visto en la entrega de Guerra de Cervecerías (Fenicia vs Antares), variedad de cervezas artesanales tiradas. Toda la variedad de cervezas (artesanales o no), son embotelladas. No se a ustedes, pero lo embotellado me da una impresión de poco artesanal y mas de fabricación masiva, aunque no necesariamente sea así. Sprite dice "la imagen no es nada, la sed es todo", pero también dice "las cosas como son", y la realidad es que la imagen juega un papel importante en lo artesanal (¿Me faltó un "Tome Sprite!" para hacerle el chivo, no?).

El mozo era un muchacho/a (todavía no estoy del todo seguro, y no es broma) muy atento/a, agradable y cortés. Desde ese punto de vista, la atención fue excelente. Sí destaco que con cinco mesas ocupadas, también se quedaron sin algunas cosas de la carta que pedimos. Vaya uno a saber si el lugar estaba lleno cuantas cosas de la carta no tendrían.

CONCLUSION: Si bien el lugar no es feo, la comida es rica (con posterior patada voladora ninja para bajarla hasta que trajeran la cerveza), pero si hiciéramos un bizarro trío entre las cervecerías que ya visitamos, el Almacén quedaría bien atrás en la carrera.





martes, 10 de julio de 2012

La Marina. 1ro de Mayo 890. 25/06/2012. Cena

Este es un clásico rosarino con aire español. Y a veces los llamados de la sangre son mas fuertes que cualquier otra cosa. La Marina, en el subsuelo donde está desde que me acuerdo, es uno de esos clásicos que sin importar que día de la semana usted vaya, está lleno. Si va de noche al menos prepárese para esperar un rato.

El lugar, considerado uno de los míticos "bolichones" de la ciudad, tiene aspecto que hace justicia a la categoría de bolichón. Las mesas y las sillas no son de un restaurante fino, aunque suficientemente cómodas, la decoración marina, con cuadros y banderas españolas, principalmente de Asturias, las mesas con mantel y servilletas de tela (nada de individuales y servilletas de papel), vasos típicos de bar, y mucha mucha gente, le dicen a uno ni bien entra, que va a comer bien.

Admito que si bien la fecha del título es la última vez que fui a comer al lugar, no fue la primera ni por cerca. A través de los años he probado la carta entera, por lo que respecto de la comida, tengo una opinión bastante formada.

Con todos estos rasgos positivos, va en desprecio del lugar que no tenga un número telefónico donde poder hacer reservas (usted tiene que ir, poner su nombre y esperar), y que no acepte ninguna tarjeta y maneje solo efectivo. El problema de ir y tener que esperar, es que uno siempre tiene que ir con un Plan B, por si la espera es mas de lo que usted quiere esperar para sentarse a comer. O tiene que ir bien tempranito (digamos 20:30hs) para conseguir una mesa. Le diría también que puede ir tarde, ya que hubo gente sentándose a comer alrededor de las 23:45hs, sin embargo, le recuerdo que se trata de un bolichón, por lo que le puede ocurrir que de eso que usted quería comer, no haya mas. A mi me pasó en esta ocasión, y nos habremos sentado a las 21:45hs. Con las ganas que tenía de una Fabada (guiso de granos con chorizo, morcilla, mondongo, panceta, entre otros. Pesado, pero TAN rico).

La atención de los mozos es digna de un lugar que es un clásico, que se llena, y que mantiene cierto aire de nostalgia. Esto significa, los mozos caminan muy rápido, están siempre de un lado para el otro, no paran un segundo, por lo que no van a acercarse necesariamente a preguntarles si todo está bien. Con un promedio de edad superando por lejos los 30 años, la ventaja es que son mozos de profesión, a diferencia de otros clásicos rosarinos que ya hemos reseñado. Si bien van rápido y no paran, en el momento que la botella de bebida está vacía, el mozo para y le ofrece reponerla. Pregunte lo que quiera, que de la carta, con la misma rapidez que caminan, le responden. Conocen la carta a la perfección, incluyendo ingredientes.

Al ser un lugar español, las especialidades abarcan los guisos, pescados varios, mariscos, cazuelas, paellas, entre otros platos, y si usted prefiere comer algo frío, puede optar por los platos "navideños" (¡Mayonesa de ave, lengua a la vinagreta, arrollado casero, vitel toné, todo lo que hace mi abuela en navidad!). Quizás, si viene a comer un español a La Marina, no le caiga muy bien la argentinización de ciertos platos, pero la verdad, que para nosotros, el menú es español.

Mientras espera mesa, ve pasar los platos y si no fuera que son platos fuertes, se probaría el menú entero!

CONCLUSIÓN: Esta reseña, desgraciadamente, no puede tener una conclusión positiva, quedando en el medio. Recomiendo el lugar como lo que es, un clásico bolichón, y va a ser atendido como en un bolichón (lo cual no es para nada algo malo, todo lo contrario). Va a comer muy bien, mucho y no resulta caro (Cuatro personas gastamos 350 pesos con entrada, plato, cerveza y vino).

Pero fundamentalmente, esta reseña no puede ser positiva debido a que las dos únicas falencias que le encuentro, son críticas. Por ello tengo que recomendar al lugar, la implementación de tarjetas de débito y crédito (el lugar está siempre lleno, por lo cual no deben creer necesitarlo, pero no es una necesidad, sino un servicio que se brinda al cliente).

Y lo mas fundamental, la implementación de un número de teléfono para reservar. Pueden aclarar que la reserva se guarda por solo 15 minutos pasada la hora, pero es fundamental para que uno no tenga que ir a la deriva y pensando en otro lugar donde ir por si no encuentra mesa.