sábado, 26 de octubre de 2013

Room 302. 3 de Febrero 893 . 25/10/13. Cena

Desde hace tiempo que voy a lugares que no me inspiran escribir nada ya que nada los diferencia, o he estado disfrutando ir a lugares ya conocidos que disfruto. Pero por tratarse de nuestro aniversario, decidimos volver al lugar donde tuvimos nuestra primera cita oficial cinco años atrás (La primera cita no oficial fue en el sillón de mi casa!... Faaaaaaaa, Jhon Coginson me decían). Volvimos a ese lugar donde he ido tantas veces a lo largo de los años y al que no iba dese hace casi dos años, y siempre he disfrutado tanto.

Por eso que la primera vez que voy desde que existe este blog y que puedo escribir de este lugar... me duele tanto lo que voy a tener que escribir.

Si bien figura en su página de Facebook como que abren todos los días, es medio una lotería, creo que abren de jueves a sábado, pero no puedo decirles con seguridad, porque la verdad que no estoy seguro.

Puedo decir como positivo que el lugar está ambientado para tener la perfecta cita romántica abajo. 7 mesas bien ubicadas, en un lugar chico, acogedor, con la perfecta iluminación para estar e  pareja. Y arriba, con 5 o 6 mesas, algunas bajas, para comer sentado sobre almohadones, bien ocultos, es el lugar perfecto para la cita de trampa!

El formato de la carta, ha cambiado desde la última vez que fui, ahora siendo hojas laminadas agarradas por ganchos de carpeta, con las hojas rotas, descuidadas y escritas en lápiz... y a juzgar por lo que pasó durante la cena, casi que ni hacía falta su existencia.

Pedí el trago que pido cada vez que voy a ese lugar, el daikiri de albahaca, que a pesar de como suena, es exquisito. Me dicen que se les había roto la licuadora, por lo que no tenían disponible ningún trago que la requiriera. ¿Cómo, siendo un lugar que no es nada barato, podés quedarte un viernes sin licuadora? Hay supermercados abiertos hasta las 9 y media de la noche que venden licuadoras. La amortizás en tres tragos. Me escapa como a un dueño o encargado se le ocurre como preferible no tener tragos de la carta, a salir al súper 20 minutos. Es inaceptable.

Elijo de la carta una segunda opción de trago para tomar mientras espero la entrada. Tampooooco tienen ese trago porque no tenían el jugo de mango que llevaba. Ya resignado, le sugiero al mozo que cambiemos de estrategia, y que me diga qué tragos si tiene, para elegir de esas opciones. Estando en la página de vodkas Absolut, me dice que los Absolut los tenían casi todos... Ese "casi" me asustó un poco, pero me arriesgué y pedí uno.

En algún momento, al mozo parece que le dió vergüenza decirme que el Absolut Ruby Red que llevaba el trago no lo tenían, por lo que entre los dos mozos (el que nos atendía, y el que me preparó el trago), decidieron intentar engañarme, reemplazando el Absolut, con un simple Smirnoff. Si se los estoy contando, es porque se imaginarán que el engaño no funcionó. No solo el gusto del Ruby Red es característico, sino que el lugar ez tan chico, que vi al mozo preparando mi trago, ponerle el Smirnoff. IN A CEP TA BLE.

Hasta ahora no lo había mencionado, pero la especialidad del lugar es la comida tailandesa, y todo lo que he probado de esa especialidad del lugar me ha gustado mucho.... hasta ahora. Puedo decir que las entradas y el plato de entraña que pidió mi medio limón estaban deliciosas, eso sí. Pero desde la última vez que fui, han agregado algunos platos de curry que decidí probar. Solo una vez anterior había probado curry, y como ya he dicho, no soy un especialista en comidas, por lo que entre los dos currys que probé en mi vida (muuuuuuuy distintos el uno del otro), no puedo decir cuál es el más auténtico. Pero puedo decir que cuando escucho la palabra curry, espero algún tipo de picante, ya sea mucho o poco. Este curry era una sopa de verduras con langostinos, picante cero, gusto meeeh, sopa de verduras.

De más está decir que pedí la carta de tragos de nuevo, porque iba a pedir una copa de vino  pero si en un trago me cambian Absolut y ni siquiera me lo cambian por otro Absolut, ni me quiero imaginar lo que me pondrían en una copa de vino. Le pedí al mozo que me avisara si no tenía algo del trago, porque la falta del Ruby Red se había notado, y me lo quiso justificar con los problemas para encontrar bebidas por las restricciones de las importaciones.... como si a mi, como comensal, me importara. Entiendo perfectamente la dificultad para encontrar bebidas, pero sigue siendo indefendible que tampoco tengas otros ingredientes, y ciertamente no justifica el intento barato de engaño.

Y cuando pido la carta de postres, el mozo, supongo ya resignado a que las cosas no salieran bien, elige decirnos que prefiere decirnos los postres que tiene, porque están cambiados de lo que figura en la completamente inútil carta.

Para cenar dos personas pagamos 400 pesos, y la verdad no quise ni quedarme a averiguar si aceptaban tarjetas. Como he mencionado anteriormente, no tengo problemas en pagar más de la media por una comida, siempre y cuando la calidad lo justifique, que ciertamente no ha sido el caso.

CONCLUSIÓN: A este Room no vuelvo. Caro, sin la mitad de las cosas que figuran en una carta tan rota y descuidada como útil solo para pedir algo que no van a tener. El intento fallido de engaño destiñó mi humor para toda la noche, y ciertamente no siento que haya recibido ni la mitad del valor que pagamos. Como alguien que ha ido muchas veces a través de muchos años a este lugar (y que lo na disfrutado y recomendado mucho), puedo decir que el grado de involución que se ve me parece terrible. Tendría que haber ido a otro lugar en vez de aca para mi aniversario.

viernes, 24 de mayo de 2013

Bell' Angolo. Agrelo 1822. 19/05/2013. Cena


¡Salir a comer en Rosario sale caro! Hace rato que no podía escribir nada, porque no podía pagarlo. Si alguien quiere pagarme por hacer esto, mientras no sea de un restaurante a cambio de una buena reseña, no me quejo.

Respecto de Bell´ Angolo, restaurante que en foursquare figura como italiano (aunque con aspecto francés), puedo decir que ha habido ciertamente algunos elementos tan cruzados como lo italiano y francés.

Digo francés y en realidad no es que tenga demasiada idea, pero esa es la impresión que me dio la ambientación. No sabría cómo definirlo, a excepción de que me pareció “Frú frú”. Para mí, cualquier cosa frú frú, es afrancesada, así que para mí, la ambientación es francesa. Las curvas de las sillas, de las mesas, los colores pastel tirando al rosado o salmón o cual sea de nombre que le ponen a los colores que ya me pierdo, no me dieron la impresión de la trattoria italiana, sino del café francés.

La parte buena del asunto es que las mesas están a una distancia las unas de las otras que permite tener privacidad, lugar para moverse y estar cómodos, que hoy en día, con tantos lugares donde uno está como ganado, la comodidad no es una cuestión menor y ciertamente no pasa desapercibida.

Los domingos a la noche hay lugares que se relajan, y este es uno. Que se relaje es entendible, ya que había unas 4 mesas ocupadas en todo el lugar. Creo que me estoy volviendo un poco antropofóbico, y las aglomeraciones de gente empiezan a molestarme, así que, el que haya poca gente es un plus para mí, pero que yo me relaje, no significa que el servicio deba hacerlo.

La moza fue muy amable y servicial, aunque con tendencia a no estar a la vista por largos periodos de tiempo. Podemos decir que una casualidad del destino hizo que no precisáramos muchas cosas en los momentos de desaparición.

Para un lugar con 4 mesas ocupadas, que dos platos hayan llegado y los otros dos hayan llegado unos 5 minutos después, no es algo bueno ciertamente, me da un poco de cosa comer mientras la gente me mira (no es que me lo haya impedido…), y encima para comida que no era nada especial. Pedí la sugerencia de risotto con calamares, y los calamares estaban bastante gomosos. Si es la sugerencia, esperaría una ejecución perfecta.

CONCLUSIÓN: El lugar lindo, frú frú. La comida bastante comunacha, la atención bien pero también comunacha, y solo porque no precisamos gran cosa. La verdad que ganas de volver no tengo. Usted siéntase libre de probar y comentar su opinión.

viernes, 1 de marzo de 2013

Beatles Memo Rosario. Bvd Oroño 107 bis. 21/02/2013. After Office

Hacía rato que quería ir a este lugar, y al fin pude cumplirlo. El lugar es un museo excelente dedicado a los 4 de Liverpool, lleno de memorabilia, videos y decoración al tono. Como pub o lugar gastronómico... es un museo excelente...

El título dice After office y no dice cena, porque por primera vez desde que escribo este blog, me levanté y me fui del lugar sin finalizar el objetivo. Ibamos a cenar, y terminamos yéndonos a otro lado a comer.

Llegamos y tomamos una cerveza. Empezamos a ver la carta de comidas, y lo que caracterizó a esa mesa de tres es que no había nada que nos provocara un "Quiero probar eso!" Y se le suma el hecho de que a pesar de estar excelentemente ambientado, cenicero de latón (si hubiese todavía un "Todo x $2", de ahí vendría el cenicero), copetinero con impreso de marca de mayonesa (de esos que cuando eramos adolescentes nos robábamos de un minimarket o un tugurio de mala muerte).

Decidimos pedir una porción de fish and chips, para comer algo "Brit", ya que miramos la carta durante 15 minutos sin poder decidirnos qué comer, ya que nada de la carta nos provocaba pedirlo. Lo pedimos con alioli. Yo se que un alioli es parecido a una mayonesa, pero esto parecía mayonesa condimentada, y no alioli. Hay una diferencia, y se nota. El condimento que tenía el "alioli", no lo tenía el pescado rebozado, que tenía gusto acuoso y desabrido.

Seguimos explorando la carta durante toda la hora que estuvimos en el lugar. La carta parecía la misma carta que podemos tener en un lugar de mala muerte, con nombres en inglés. Los platos de la Cocina de Linda incluyen un salteado común y corriente, las picadas eran picadas de lo mas pedestres y comunes. Los sandwiches eran hamburguesas, lomitos y otros sandwiches comunes y sin inspiración que podría comprar en la rotisería de barrio. Parecía la carta de ese barcito de medio pelo donde uno se sienta a comer algo al paso para irse rápido, donde uno para porque no hay otra cosa para comer.

La atención no presentó nada en particular, ni bueno ni malo. Tan regular como la carta. A metro y medio nuestro, mozos hablando entre sí en vez de mirar las mesas y la gente que los llamaba. Y en cuanto a precio, gastamos en 3 pintas, 2 gaseosas y un fish and chips, 150 manguetes, así que los dejo a ustedes evaluar.

Finalmente, después de una hora en la que los 3 comensales no podíamos decidir qué comer, porque realmente no queríamos comer nada de lo que había en la carta de lo inapetente que sonaba todo, decidimos finalmente levantar campamento e irnos a cenar a otro lado.

CONCLUSIÓN: Excelente museo Beatle. Eso es todo

sábado, 2 de febrero de 2013

Paco Tío. Sarmiento 778 - Local 10. 30/01/2013. Cena.

Un clásico escondido. Escondido para otros, ya que no puedo decir que es la primera vez que voy. De hecho, se puede decir que soy habitué del lugar desde, bueno, toda mi vida.

Podemos llamarlo bar clásico de borrachos, si los hay. Con los señores de todos los días sentados en la barra con su whiskey importado, con las señoras, ya de la tercera edad, que se juntan a tomar el té con torta, pero en vez de té, toman champagne.

Adoro este lugar. Sepanlo antes de seguir leyendo, pero tengo que admitir mis falencias en juzgarlo, ya que llevo una vida ahí adentro. Si lo miran, parece el bar de un aeropuerto, o de un hospital cheto. Es simple, con poca luz (la suficiente) y a pesar de eso, tiene una pinta de lugar aristocrático de los años 40, que me encanta. Quisiera decirles qué pueden ver al ver la carta, pero la verdad que en mas de 25 años de ir a ese lugar, no creo que alguna vez haya pedido la carta.

Para mí, Paco Tío es para comer un "Ingrediente", que es la denominación del lugar para una picadita. Pero nada de una picadita pedorra... estamos hablando de ciruelas pasas envueltas en panceta, torrejas de verduras, canapés, jamón con ananá y queso con cerezas y demás, que me encantan. Desconozco si tienen comidas mas que sandwichería, pero eso no debería importarle a usted, pida un ingrediente!

Y en mi humilde opinión, la que es LEJOS la mejor cocktelería de la ciudad. No se como hacen el café. No se que bebidas tienen disponibles, además de alcohólicas. Sí sé que los mozos (los viejos al menos) son barman, y barman de competición, barman de aquellas épocas que inventaban tragos en honor a una mujer, que los ponían a competir en competencias internacionales para hacer los cocktails mas ricos, mas originales, sin necesidad de hacer malabares con las botellas, para esconder atrás de un truco barato de circo, sus falencias en el alcohol o en la estética de un cocktail.

Esos mozos que te saludan como si te conocieran de toda la vida (cosa que en mi caso es cierto), saludan a tus amigos que no conocen y llevás por primera vez, con toda la onda, y siempre, sin excepción, no te vas del lugar sin que te cuente un chiste de salón.

Tengo que admitir además, que en un bar de borrachos fuertes, me conocieron como "El 14" durante un tiempo, y que siempre estuve abierto a que inventen conmigo, por lo que siempre llegué, y si no sabía que pedir, simplemente le decía al mozo si quería algo seco, algo demi sec o algo dulce, y el mozo experimentaba conmigo y me traía el cocktail que quería (y yo feliz). Y no temo admitir que alguna que otra vez, he hecho un "brunch" ahí... arrancando con un cocktail a las 11 de la mañana un fin de semana (¿Parece que lo de "El 14" me lo gané, no?).

Y siempre tuve un hobbie ahí adentro. Tratar de detectar el borracho escondido (que pide un jugo de naranja, y el barman ya sabe que le tiene que poner vodka por abajo de la barra), el señor de sociedad con su novia / gato, la solterona que va a intentar levantar un señor de sociedad ebrio, y demás. Para jugar un rato mientras se embriaga.

CONCLUSIÓN: Amo este lugar, lo adoro y adoro a Pepe, y a Chiche, y a Miguel (que ya se jubiló). Adoro como me atienden, adoro como atienden las otras mesas, siempre poniendo esa onda especial, por mas que conozcan o no a los comensales. Me encanta que me traigan un trago con un chiste bajo la manga. Si quiere experimentar un excelente cocktail, una picada distinta que siempre estuvo presente en Rosario, y que lo atiendan como usted siempre supo que así es como deben atenderlo cuando sale, vaya a Paco Tío. ¡Quizás me encuentre ahí!

jueves, 3 de enero de 2013

Washoku. Eva Perón 8120. 01/12/2012. Cena

Washoku es un lugar que según cuenta quienes atienden, está en un proceso de transición, para pasar a ser de un lugar de delivery, a un restaurante de sushi con delivery. En el interín, la experiencia termina siendo un intermedio entre ambas, que tiene pros y contras... y contras.

Arrancando con los pros, la comida fue muy rica, el sushi realmente estaba muy rico, al igual que un brochette que un comenzar le dio sin asco. En el departamento bebidas, me dio mala espina ver pocas botellas en un anaquel y varias de marcas que no son de primera línea. Nos ofrecieron un trago como especialidad de la casa, que tomamos con gusto y estuvo muy rico. Acá les faltó variedad e información, ya que en la carta no figuraba nada acerca de los tragos. A la carta llego en un rato.

Puedo decir que la atención fue buena, amable, aunque nada especial. Tener que esperar y buscar a la moza, cuando sos la única mesa ocupada en el lugar, deja un poco que desear. Insisto en que no fue mala la atención, pero para ser la única mesa ocupada, esperaba una atención excelente.

Creo que este es un lugar al que le voy a dar una segunda oportunidad, pero mas adelante, cuando hayan completado la transición de delivery a restaurante, porque la verdad es que soy un freak de la estandarización y de la imagen que proyectan todos los elementos del lugar; los cuales empiezo a detallar.

La carta. Me encantó la idea, de usar cuadernos como los cuadernos de comunicaciones de la primaria. Me pareció una idea brillante, aunque muy mal ejecutada. Usar un cuaderno de 100 hojas para una carta de 6 simplemente decepciona. Esperaba encontrar una carta enorme y detallada de las piezas de sushi, y no fue el caso. Además, para usar un cuaderno, a rayas, hubiese sido una buena idea imprimir la carta como si estuviese escrita en el cuaderno (si no quieren tomarse el trabajo de escribir cada cuaderno), pero ese es un toque que me hubiese gustado ver.

Vuelvo acá con el tema de los tragos, para aclarar que en la carta figuraban como "tragos" y el precio. Eso no me llama a tomar alcohol... Eso me dice que no saben exactamente que es lo que me van a poder servir, y soy un hombre que necesita saber que alcohol hay disponible para saber que alcohol quiero.

La ambientación. Acá es donde más se nota la transición. Estar sentados adentro en sillas y mesas de exterior no me dice "top" exactamente. Me da la impresión de que la gente cuando va a comer sushi, le gusta en parte sentir esta cuestión de topetitud, y el lugar no me dio esa impresión. Lo que me lleva a la vajilla. Si quisiera comer en el restaurante de sushi de la muñeca Barbie, platos de plástico serían aceptables. En un restaurante que no es exactamente barato, platos de plástico simplemente no son aceptables. Y que quien te atiende no tenga uniforme, tampoco.

Quizás piensen que estoy siendo muy detallista, y quizás sea cierto. Pero parte de lo que me lleva a escribir este blog es que a veces un lugar me genera sensaciones que no puedo identificar hasta que alguien me lo dice.

Y no acepta tarjeta. Vuelvo, como siempre, en mi cruzada contra los lugares que no aceptan tarjeta. Ni que fueran baratos. Y como todo el mundo, se quejan de la inseguridad, pero insisten en manejar cantidades obscenas de efectivo y en hacer que sus clientes tengan que andar con efectivo encima.

CONCLUSION: Muy buena comida. Pero todavía es un delivery y no un restaurante. La atención fue solo buena cuando por ser la única mesa ocupada debiera haber sido excepcional. La ambientación está llena de buenas ideas, pero la ejecución deja mucho que desear. Veo buenas intenciones, si llego a volver será solo cuando alguien me confirme que terminó la transición, que voy a ir a un restaurante, y no al Barbie's Dream Sushi Place y que voy a pagar con tarjeta, o no voy. He dicho.