jueves, 3 de enero de 2013

Washoku. Eva Perón 8120. 01/12/2012. Cena

Washoku es un lugar que según cuenta quienes atienden, está en un proceso de transición, para pasar a ser de un lugar de delivery, a un restaurante de sushi con delivery. En el interín, la experiencia termina siendo un intermedio entre ambas, que tiene pros y contras... y contras.

Arrancando con los pros, la comida fue muy rica, el sushi realmente estaba muy rico, al igual que un brochette que un comenzar le dio sin asco. En el departamento bebidas, me dio mala espina ver pocas botellas en un anaquel y varias de marcas que no son de primera línea. Nos ofrecieron un trago como especialidad de la casa, que tomamos con gusto y estuvo muy rico. Acá les faltó variedad e información, ya que en la carta no figuraba nada acerca de los tragos. A la carta llego en un rato.

Puedo decir que la atención fue buena, amable, aunque nada especial. Tener que esperar y buscar a la moza, cuando sos la única mesa ocupada en el lugar, deja un poco que desear. Insisto en que no fue mala la atención, pero para ser la única mesa ocupada, esperaba una atención excelente.

Creo que este es un lugar al que le voy a dar una segunda oportunidad, pero mas adelante, cuando hayan completado la transición de delivery a restaurante, porque la verdad es que soy un freak de la estandarización y de la imagen que proyectan todos los elementos del lugar; los cuales empiezo a detallar.

La carta. Me encantó la idea, de usar cuadernos como los cuadernos de comunicaciones de la primaria. Me pareció una idea brillante, aunque muy mal ejecutada. Usar un cuaderno de 100 hojas para una carta de 6 simplemente decepciona. Esperaba encontrar una carta enorme y detallada de las piezas de sushi, y no fue el caso. Además, para usar un cuaderno, a rayas, hubiese sido una buena idea imprimir la carta como si estuviese escrita en el cuaderno (si no quieren tomarse el trabajo de escribir cada cuaderno), pero ese es un toque que me hubiese gustado ver.

Vuelvo acá con el tema de los tragos, para aclarar que en la carta figuraban como "tragos" y el precio. Eso no me llama a tomar alcohol... Eso me dice que no saben exactamente que es lo que me van a poder servir, y soy un hombre que necesita saber que alcohol hay disponible para saber que alcohol quiero.

La ambientación. Acá es donde más se nota la transición. Estar sentados adentro en sillas y mesas de exterior no me dice "top" exactamente. Me da la impresión de que la gente cuando va a comer sushi, le gusta en parte sentir esta cuestión de topetitud, y el lugar no me dio esa impresión. Lo que me lleva a la vajilla. Si quisiera comer en el restaurante de sushi de la muñeca Barbie, platos de plástico serían aceptables. En un restaurante que no es exactamente barato, platos de plástico simplemente no son aceptables. Y que quien te atiende no tenga uniforme, tampoco.

Quizás piensen que estoy siendo muy detallista, y quizás sea cierto. Pero parte de lo que me lleva a escribir este blog es que a veces un lugar me genera sensaciones que no puedo identificar hasta que alguien me lo dice.

Y no acepta tarjeta. Vuelvo, como siempre, en mi cruzada contra los lugares que no aceptan tarjeta. Ni que fueran baratos. Y como todo el mundo, se quejan de la inseguridad, pero insisten en manejar cantidades obscenas de efectivo y en hacer que sus clientes tengan que andar con efectivo encima.

CONCLUSION: Muy buena comida. Pero todavía es un delivery y no un restaurante. La atención fue solo buena cuando por ser la única mesa ocupada debiera haber sido excepcional. La ambientación está llena de buenas ideas, pero la ejecución deja mucho que desear. Veo buenas intenciones, si llego a volver será solo cuando alguien me confirme que terminó la transición, que voy a ir a un restaurante, y no al Barbie's Dream Sushi Place y que voy a pagar con tarjeta, o no voy. He dicho.