viernes, 30 de marzo de 2012

VIP. Rioja 433. 23/03/2012. Cena

Como aficionado a la psicología (o algo así), y en honor a mi compañera de aventuras de esa noche, he decidido brindar un muy científico análisis del  lugar en cuestión. Crisis de personalidad quizás sea la mejor forma de describir al VIP. Mezclado con un complejo de deidad importante. En algún momento a los rosarinos nos mintieron y nos dijeron que está bien que tarden en atendernos y en traernos las cosas, que no nos den bola por ser un bar y no un restaurante. La proliferación en la ciudad de pubs, bares y demás nombres que no son "restaurante", han generado una idea (errónea) de que en ese lugar es aceptable y hasta esperable que no recibas una buena atención.

El complejo de deidad del paciente tiene su raíz en una ubicación privilegiada y una historia que data desde hace décadas, que hacen que tenga un flujo continuo de gente y que muchas veces incluso sea una parada obligada para turistas, dejando una imagen de merd de la atención de la ciudad. Los rasgos comportamentales del paciente demuestran una dejadez completa por el cliente, como si lo importante fuera él mismo en vez del comensal.

En adición, el paciente está visiblemente confundido. No sabe si ser restaurante o si ser bar, y todo el lugar se queda en el medio de esa crisis de personalidad.

Como en todos los pacientes que tienen crisis de identidad, hay lugares donde el desorden o la tendencia hacia alguna de las personalidades se denota como "la principal". La carta, no digna de un restaurante en su estado, lo demuestra. La misma si bien abunda en entradas, sandwichería y pizzas, no abunda en tablas y picadas, y abunda nuevamente a la hora de ofrecer platos (supuestamente "elaborados", que en realidad no lo son tanto). La ambientación del lugar, que da la impresión de liviandad, resulta acorde a una carta, rica, pero sin sorpresas o toques de originalidad. Para poder mantener su deseo de deidad, el paciente ofrece platos que suenan elaborados, pero no dejan de ser el mismo plato que puede comer en cualquier lado, con un nombre lleno de topetitud.

El quid de la cuestión, y de este blog es el siguiente. Como fumadores que somos, nos sentamos afuera, ya que el clima, si bien fresco, estaba agradable. Dos mozos (representación de la psiquis del paciente) parados en la puerta, afuera, a los cuales saludé al pasar antes de sentarme, y con unas 6 mesas ocupadas en el lugar. Dos personas en una mesa de dos, yo diría que estaba completa, sin embargo hubo que esperar 5 minutos y una levantada de brazos para que el paciente reconociera nuestra existencia, o nos reconociera como un organismo extraño sin intenciones de dañarlo, y vinieran a atendernos.

El proceso mental de un paciente tiene distintas velocidades, y a veces puede ser lento (mucho). Que la comida tarde a veces es debido a ineficiencia y a veces es debido a que la comida es realmente preparada en el momento. Al no estar en el corazón de la mente del paciente (la cocina) uno no tiene forma de saber, pero en cualquier caso, que la comida tarde 50 minutos (y estamos hablando de un arrolladito de pollo y una tortilla de papas), no es aceptable. Existe una lucha interna en la psiquis del paciente, entre querer brindar una comida de primer nivel, pero en el afán de no admitirse como restaurante y no perder en ese cambio de denominación su posición de deidad, siente la necesidad de atenderte como "se supone" que te atiendan en un bar.

El ego del paciente nubla su juicio, rehusando la idea de que por estar en un bar, cuando uno tiene que estar cortando una conversación y empezar a girar la cabeza para llamar la atención de un mozo NO es la forma en que uno debiera ser atendido ni en un bar ni en un restaurante. El mozo solícito está atento a los movimientos de la gente que atiende, para entender que se lo busca sin necesidad de grandes esfuerzos. El mozo solícito no está atento a su conversación, al cielo, al pajarito, ni dando la espalda a las mesas que tiene a su cargo.

DIAGNÓSTICO (CONCLUSIÓN): Trastorno bipolar causado por la renuencia esquizofrénica a definirse como bar o como restaurante. Complejo de superioridad que considera normal y aceptable que usted tenga que cortar su conversación o su comida, para poder llamar la atención de un mozo (en muchas ocasiones sin lograrlo). Si usted comparte los síntomas con el paciente, y le parece aceptable, entonces ha sido víctima durante demasiado tiempo de la dicotomía del restaurante/bar en Rosario. Una ubicación privilegiada no debiera ser justificativo para tener que soportar ese trato. Personalmente, siempre que pueda evitar volver, planeo hacerlo.




viernes, 23 de marzo de 2012

La Vie en Rose. Güemes 2301. 14/03/2012. Cena


Un bistró que clama traer a la mesa la Belle Epoque de París. Y lo logra, ciertamente les creo si me dijeran que la vajilla tiene 90 años, al igual que algunas paredes del local. Hay dos tipos de gente en el mundo, los que al escuchar algo referido a Francia les evoca un romanticismo incurable, y los que al escuchar algo referido a Francia o escuchan la palabra "bistró", les genera una sensación de ... ... asquito presuntuoso. Se imaginarán de que grupo soy.

Cuando llegamos, alrededor de las 09:15hs, no éramos los primeros en estar sentados, pero habremos sido los terceros. Lo primero que notamos fue que estuvimos un rato esperando a que nos trajeran la carta (de esos ratos que te hacen preguntarte donde se metió el mozo). El mozo, muy solícito nos ofreció comentarnos las sugerencias del día, para tener un poco de pánico escénico y olvidarse cuales eran 10 segundos después.

Como mozo, estaba enterado y entrenado en las posiciones y lugares para el servicio, dando la vuelta para servirle la bebida a cada uno desde la derecha, al igual que hizo cuando sirvió los platos. En las mesas que habían pedido vino (esta vez no fue nuestro caso), también dando vuelta a la mesa para servirle a cada uno desde la derecha, y con su mano izquierda en la espalda. Entrenamiento en fineza del servicio había.

Lo que también notamos, es que era el único mozo del local, y llegué a contar unas 15 mesas (de las cuales 12, mas o menos, se ocuparon). Como he mencionado en otro posteo, la cantidad de mozos hace a la calidad del servicio en relación directa con la ocupación del lugar, esto es, un mozo para 12 mesas de cantidades variables de entre 2 y 5 personas por mesa, que se encuentran en distintas etapas de sus respectivas comidas (ya que no llegaron todos al mismo horario), resultó ser una de las falencias mas importantes encontradas. La atención, para bien o para mal, se juzga completa, por lo que si bien podemos decir que el mozo le puso toda la onda, y todo su entrenamiento en fineza, al final del día, y corriendo para todos lados, la atención resulta en deficiente.

Lo que seguro no trajeron de la Belle Epoque, pero quizás si de la Francia actual, es el precio. Saladito. 3 personas pedimos dos entradas, tres platos, sin postre, sin café y sin vino, solo gaseosas, y gastamos 130 manguetes per cápita. Para cobrarme ese monto, hubiese esperado algo, que fuera diferencial. Si no fue con los precios de los platos, por lo menos hubiese esperado que las paredes no tuvieran pintura descascarada por la humedad, hubiese esperado que las sillas fueran cómodas (¡que realmente eran incómodas! Y mis compañeros de mesa estuvieron de acuerdo por lo que no fui yo solo, es como si la barra horizontal del respaldo estuviese mas adelante que donde termina la silla. Para sentarse correctamente, uno quedaba medio jorobado), o hubiese esperado el servicio de un mozo cada 3 o 4 mesas en vez de un mozo cada 12.

La comida realmente la disfrutamos, fue muy sabrosa. El problema del pescado es que se termina comiendo frío, ya que no viene despinado, por lo que mientras uno va comiendo tiene que ir escarbando por las espinas que en la trucha son pequeñas y se le enfría todo en el proceso.

CONCLUSION: Parece que la palabra Bistró en un lugar es justificativo para arrancarte la cabeza en un lugar donde la ambientación es descuidada, por decir poco (pero la llaman bohemia de la Belle Epoque), y esta vez, si bien la comida fue rica, desde el punto de vista de la relación precio – servicio, no rindió. La Belle Epoque no tiene porque ser descuidada, no tiene porque tener humedad en las paredes, ni un solo mozo para todo el local. Lo bohemio puede ir de la mano con un servicio eficiente.

viernes, 16 de marzo de 2012

Ajoarriero. Catamarca 2896. 07/03/2012. Cena.

Sorpresas todavía quedan en Rosario, y tengo que admitir que esta fue una. Desconozco hace cuanto que está abierto este lugar, pero tiene (como todos lados) sus pros y contras, siendo el principal pro la originalidad.

La primer parte original es que si en la puerta te quieren robar, que te roben ahí pero que no entren. El lugar está cerrado con llave y tiene timbre. Al estar todo vidriado, el mozo te ve venir y viene a abrirte sin necesidad de esperar o de que tengas que tocar timbre. Ahora, si el barrio está feo y te quieren robar, bajamos persianas, quedate afuera robado que adentro no pasó nada!

No estoy seguro de haber entendido la ambientación del lugar. Las luces con forma de cabezas de ajo (intencional y muy evidente), me pareció un toque de mal gusto en un lugar de otra forma bien decorado. Música muy española, figura como restaurante italiano en alguna información, y la carta no tiene una inclinación hacia ninguno de los dos países. Todavía no estoy seguro si fui a un lugar con temática o no. Si me gustó por ejemplo, que los vasos para gaseosa o agua tienen exactamente la forma de la copa, pero sin pie, dando un toque original incluso a la ambientación de las mesas.

No se si parte de la temática, pero con la panera nos trajeron una cazuela con un pastel de papas (o pastel de carne, según como lo llame usted) y tostadas saborizadas, a modo de tentempié. La verdad que estaba rico y bien presentado. La única contra al respecto es que la cazuela estaba caliente y no había forma de servirse sin agarrarlo. ¡¡¡Me quemé los dedos!!!

Aunque el comienzo les suene como algo negativo, hubo en la noche muchos pros. En una ciudad donde principalmente se come sandwichería, minutas, pizza y parrilla, que se preste mucha atención a la presentación de la comida es un pro importante. Tengo que admitir que me sube un poco el ego que la comida esté bien presentada. Me hace sentir que alguien se esforzó para que yo me sienta a gusto en un lugar, y a la parte snob de mi le encanta eso. Ejemplo es el escabeche de ave que viene con su propia canasta de pan, y viene en un frasco del tipo dulcero con una pinza para pinchar y servir. Original. Me gustó.

También muy bien presentado el matambrito relleno (¡de carne picada!) y también muy sabroso, pero como ya he comentado, no soy un gourmet, así que el hecho de que a mi me haya gustado, no significa que a usted le vaya a gustar. Confío igual en que le va a gustar. Rescato la originalidad de la carta en general, ya sea que la haya probado entera o no.

Acompañando una presentación diferencial, la atención del mozo fue aceptable y acorde. Fue cordial, después de comer un escabeche, cambió los platos (me hubiera sentido maltratado si no lo hacía) y los cubiertos. Amable, aunque me hubiera gustado que explicara un poco mas por ejemplo, de qué estaba relleno el matambrito. El menú tenía varias comidas que no son las normales de conseguir en cualquier restaurante, por lo que hubiese apreciado algún comentario o explicación.

Respecto a precio, comimos con entrada y plato, vino chico, soda (no sea cheto, en botella o sifón, sigue siendo soda, el agua con gas es el nombre careta) y un par de gaseosas. Gastamos 135 pesos cada uno, lo cual es elevado, pero también tengo que admitir que fiel a nuestra costumbre, una tercera persona comía perfectamente con la misma cantidad de comida, por lo que podría abaratarse.

Pequeños detalles siempre gustan, como por ejemplo, en el baño hay caramelos (es barato y queda bien), y también en el baño están los escarbadientes. No probé pedirlos a la mesa, pero es cierto que la gente fina va al baño para sacarse la comida de entre los dientes.

No aceptan tarjeta. Una gran contra. No me gustan los lugares que no aceptan tarjeta. Nota al dueño: Si el barrio no es el mas seguro, quizás sería una buena idea manejar menos efectivo, ¿no le parece?

CONCLUSIÓN: Me pareció original la comida, la presentación, habiendo entendido o no el origen de la comida. Quisiera probar mas de la carta de ese lugar. El único motivo por el cual no volvería es que no acepten tarjetas






martes, 13 de marzo de 2012

HSBC. Santa Fe 1064, teléfonos y web. Trámites varios. 09/03/2012

Mi primer posteo no relacionado con gastronomía está motivado por el mismo motor que inició el blog en un principio. El cansancio por ser atendido como una persona de segunda. La idea de la gente que te atiende de que te está haciendo un favor, en vez de estar cumpliendo con un servicio o con su trabajo. Mi forma de decir basta es la difusión. Es asegurarme que las personas que conozco (y todas las que no conozco que pueda alcanzar también) conozcan los lugares donde vale la pena ir y donde no.

Entiendo que la posibilidad de hacer trámites vía telefónica es una facilidad que se ofrece a los clientes de cualquier lugar. Hacer trámites desde la propia casa suena cómodo (dije cómodo, no barato). Pero cuando uno tiene que ir al banco a hacer trámites, debiera poder, adicionalmente hacer esos mismos trámites en la sucursal, en vez de que desde la sucursal te manden a hablar por teléfono.

Fui al banco en cuestión a cerrar una cuenta y dar de baja dos productos (seguros) que tengo en esa sucursal. Este banco, al igual que varios otros, ha optado en vez de tener filas donde uno está parado in eternum esperando ser atendido, por tener terminales que te sacan el turno en un papel según lo que tiene que hacer, y uno espera (también in eternum) pero parado sin hacer fila, y si es uno de los suertudos, sentado.

El día bancario ya arrancó mal, porque apenas abrió el banco, las terminales que dan los turnos no andaban, así que en vez de estar atendiendo gente, todos haciendo fila esperando que aprieten CTRL + ALT + SUPR. En algún momento, a alguno de los cerebros mas brillantes del banco, se le ocurrió la genial idea de que no siempre fuimos tan tecnológicos, y que todavía tenemos en nuestra memoria lo que es hacer una fila, y propuso que en vez de hacer fila esperando el número, se hicieran varias filas según donde iba cada uno (atención al cliente, cajas, seguros, etc). ¿Brillante, no?

Y si le pareció confuso el asunto, cuando empezó a funcionar el sistema de turnos, peor. No se si alguna vez ha ido a ese banco, pero el turno está compuesto por una letra y el número, donde la letra representa el tipo de trámite y si es o no cliente del banco. Tienen letra desde la A hasta la L. Y cada letra tiene su propia numeración. Hay que tener una concentración para saber cuando es el turno de uno que le va a parecer que está rindiendo examen.

Primero hablé con la chica de seguros, que muy cordial en su trato, me completó parte del trámite que tenía pendiente (que resultó que no era 100% del seguro), pero no podía tramitar la baja de los seguros. Además me indicó hacia atención al cliente, para el cierre de la cuenta. Fui hasta atención al cliente, donde un "in eternum" después, me atendieron y dieron de baja a la cuenta, me explicaron que ellos tampoco pueden dar de baja los seguros, porque eso se hace vía telefónica. De ahí me mandaron a la caja, a retirar el excedente de dinero en la cuenta (imposible sacar migajas por cajero). Otro in eternum, una tercera persona atendiendome, y pude salir del banco, con una de las tres cosas que tenía que hacer completa.

Sí destaco que la gente que me atendió, con sus limitaciones en función, fueron cordiales para atenderme, incluso considerando el estado de nerviosismo general de toda la gente por el desperfecto en la máquina de turnos. La atención digamos que en un número de 1 a 10 fue un 6. Bueno, nada especial, limitado a cumplir la tarea, sin aportar un gramo mas de nada, pero bien (o sea 6, ¿o no se entendió?)

Llego a mi casa, donde entro al homebanking. Hay un homebanking para la cuenta y otro para los seguros, práctico (sic), y uno es mas inútil que el otro. El homebanking del HSBC no sirve para otra cosa mas que para mirar, si quiere hacer alguna gestión, al banco o por teléfono.

Llamo al 0-810 del banco, porque con todo lo beneplácito, está obligado a llamar por teléfono, pero por lo menos desde el interior paga por una llamada local (recuerde que 0-800 es gratis, 0-810 es tarifa local desde cualquier lugar del país). Pero el 0-810 da ocupado y no atiende ni un disquito. El número que sí anda (el único) es un número de capital federal (larga distancia para uno), así que está obligado a pagar todo el tiempo que tarde el disquito en transferirlo a un operador, en horario con tarifa completa en larga distancia nacional.

Esto es si en algún momento alguien lo atiende, que en mi caso no pasó. Parece que el disquito llega un momento que a usted no lo quiere mas en la línea, así que le ofrece dejar un mensaje. Si usted no hace nada, vuelve el disquito a esperar, y eventualmente, se termina de cansar, y le pide dejar un mensaje, sin oportunidad de seguir esperando. Ahora, si usted presiona la opción de "quiero asegurar mi auto", ni jurandole usted me creería que no llegó ni a sonar 5 segundos de musiquita que ya me atendieron. Ahora, cuando el operador que me atendió vio que no me iba a vender nada, me dijo cualquier cosa, y me fletó.

Ir personalmente (1 trámite de 3 terminado). Homebanking de la cuenta (inútil). Homebanking de los seguros (inútil). Contacto telefónico (inútil). Después de ya cuatro intentos y en esos cuatro intentos lograr cerrar un solo trámite de 3, llega el quinto intento; el "contáctenos" vía e-mail (desde dentro del homebanking del seguro). El mail fue respondido, por lo que evidentemente es una respuesta automática, explicando cuales son los medios para hacer distintos trámites, y me recomienda llamar al 0-810 entre otras opciones. Y.... ya me enojé. Respondí nuevamente al correo preguntando si estaban decididos a tomarme el pelo, o era procedimiento habitual hacerlo.

De nuevo en el banco, a hablar con la representante de seguros, me dice ahora que los seguros se dan de baja solitos solitos con cerrar nomás el trámite ya realizado. No es que quiera desconfiar, pero imagine esta situación, usted va a su compañía celular y quiere dar de baja su número. Quien lo atiende le dice que ya está hecho, que se hace solo y que no existe ninguna constancia que puedan darle que le garantice que usted no acumule deuda. ¿Lo cree?.

Por la tarde, me llaman del banco, en respuesta a uno de los mensajes que dejé, y me preguntan si lo que quería realmente es dar de baja el seguro, y ante mi respuesta de que sí, me dice que queda dado de baja y me da el número de operación de la baja. ¿Que no era que se daba de baja solo? Sinceramente espero que esta sea la última vez que me sienta obligado a escribir respecto a este lugar endemoniado!

CONCLUSION: Si me escucha en algún momento considerando volver a usar HSBC como banco, recuérdeme este posteo y posteeme un poste de luz por la cabeza!!!

jueves, 8 de marzo de 2012

Fenicia vs Antares


La contienda del día viene entre dos de las cervecerías artesanales mas populares en estos últimos tiempos. Existen otras, y tendrán su reseña en su momento, pero particularmente estas quería enfrentar, debido a ciertas similitudes.

Son tantas las cosas para ver, que no se por donde arrancar. Así que como siempre, el principio suele ser el mejor lugar para el comienzo. Llegada. A ambos fui en horarios similares, entre las 20:00hs y las 20:30hs, a tomar una/s cerveza/s primero y luego comer algo. Ambos también fueron durante días de semana, no fines de semana. Entrando a Antares, casi todas las mesas ocupadas afuera, así que fuimos adentro, donde al aire no es que fuera gran cosa, pero estaba agradable. Nadie nos recibió, así que fuimos y nos sentamos en una mesa vacía (uno se fue acostumbrando a eso de que lo reciban y lo lleven a una mesa, y cuando nadie lo recibe, uno se queda regulando, pensando a ver si espera que viene alguien o si va y se sienta. ¿Le pasa?).

En Fenicia no nos quisieron dar una mesa para cuatro personas, porque eramos tres (sin importar que había seis o siete mesas para cuatro personas desocupadas). Nos ofrecieron sentarnos en la barra, o en una de las mesas altas que tiene adelante. Eso elevó mi ira, ya que le expliqué que íbamos a comer, y que no íbamos a entrar en una mesita redonda de 40cm de diámetro. El muchacho (encargado, dueño, no tiene mayor importancia), nos dice que entran tres personas comiendo en esas mesas. Se me ocurrió pedirle que me trajera tres platos de comida, uno de papas dos vasos de cerveza, un vaso y una botella de gaseosa, y que probemos acomodarlos en la mesa, pero mis acompañantes me recomendaron no hacerlo para evitar escupidas en la comida. Terminamos en la terraza, yo no muy a gusto

En Antares nos trajeron la carta, en Fenicia no
En Antares nos dieron maní para acompañar la cerveza, en Fenicia no
En Antares la comida llegó rapidísimo, en Fenicia no.


En Fenicia, el olor es demostrativo de que la cerveza es en hecho fabricada en el lugar. Más artesanal que eso, no creo que vayamos a encontrar. Antares se ha vuelto una suerte de cadena de cervecerías a lo largo del país, por lo que lo artesanal de la cerveza está en discusión.

La ambientación de cada lugar es acorde a lo establecido en el párrafo anterior. Fenicia es mas maderoso, una paleta de colores mas rústica. Antares tiene una estructura de cervecería un poco mas moderno, y francamente cheta. Digamos que si usted es de tendencia desde el medio hacia la izquierda (ideológicamente hablando), imagino que Fenicia resultará la opción mas atrayente y con menos pinta corporativa que Antares. Si en cambio usted es un oficinista fashion que quiere ir a hacer happy hour como after office, siempre punta en blanco con corbata y saco, lo mas probable es que elija Antares.

En Fenicia hay happy hour (me gustaría encontrar una forma de describirlo un poco mas autóctono, que happy hour no va mucho con el lugar, aunque, considerando que el nombre completo del lugar es Fenicia Brewing Co, capaz que le quede bien igual), y dura mas tiempo que en Antares. Y para asegurarse de que tengas esa segunda ronda, te dejan un papelito con la segunda, así, si pedís la segunda después de las 21hs, sigue siendo del happy hour. En Antares el happy hour es mas literal, de 19hs a 20hs.

En Antares la carta nos la dejaron mientras la moza nunca dejó de caminar, por lo que una explicación de algo de la carta, tuvo que esperar a que viniera a tomar el pedido, lo cual en definitiva hace perderle tiempo a la moza. En Fenicia, la moza vino a preguntarnos que queríamos sin traernos la carta, así que básicamente nos la tuvo que contar en el momento. Estando en la terraza además, encontrar a la moza para que te traiga algo o que te cobre fue complicado debido a que en adición, no estaba de lo mas informada acerca de que cosas de la carta había o no, y tenía que ir a preguntar.

En precios están parecidos, no es caro tomar algo, y comer algo tampoco demasiado. Quizás Antares sea un toque mas caro. Por otro lado, la comida tiene otra presentación y otro aspecto. En Fenicia la sandwichería es rica, pero le tiene que gustar el pan, porque viene con mucho. Antares quizás tenga porciones un poco mas grandes además.

CONCLUSION: son cervezas parecidas, precios similares. Lo que cambia es la ambientación del lugar, y la atención va un poco acorde a eso. Que elija uno o el otro, dependerá entonces de sus inclinaciones ideológicas (los mas tirando a zurdo preferirán Fenicia, los mas chetos preferirán Antares). En general no tendría problemas por uno o por otro, pero no puedo dejar pasar la impresión que tuve de Fenicia, que ciertamente fue bastante mala respecto de la atención y el tema de donde sentarnos, así que en esta ocasión y en esta contienda, tengo que decir que:





viernes, 2 de marzo de 2012

Alto Rosario Shopping. Junín 501. Comidas varias. Fechas varias

Ya viendo el título puede sonar como que este va a ser un posteo ridículo, pero en realidad, va a ser uno largo. Ya anteriormente he escrito acerca de lugares de atención "dudosa" pero que son paradas obligadas en algún momento de su estadía en Rosario, y nuevamente lo haré en forma de instructivo, pero esta vez intentando ir de a lugar por lugar. ¿Como comer en un shopping y sobrevivir en el intento!

Arranquemos por los clásicos de cualquier shopping. McDonalds, Burger King y Mostaza. La cantidad de gente en cada uno va de mayor a menor en el mismo orden en el que los nombro. Pero exactamente al revés, de mayor a menor es lo que tardan en darte el pedido. Por lo que el "voy al Burger porque el Mc está lleno de gente" puede hacer que coma exactamente al mismo tiempo. Si van mas 3, hagan la prueba y pónganse uno en cada fila y verifique. Sí destaco (cosa que se ve en varios blogs y páginas comentarios al respecto), que quisimos pedir un combo chico en Burger King y nos dicen que no hay chico, que hay mediano, grande y King... O sea... El mediano es el chico, el grande es el mediano y el king es el grande. No jodan que no son originales. En estos lugares están muy entrenados en Customer Service (porque para esas cadenas, nacionales o no, es mas top decir Customer Service), por lo que normalmente son cordiales y directos al grano, excepto para ofrecerte agrandar el combo, el postre por 5 mangos mas, el juguete por otros 5 y quién sabe que mas.

El tip mas útil para el Mc, si le gusta la Big Mac, es que como hay un indicador económico global que se basa en el precio del Big Mac (no le saco el cuero, busque que es cierto), el gobierno ha presionado a Mc Donalds para bajar el precio del Big Mac, por lo que el combo de Big Mac le sale casi 10 pesos mas barato que cualquier otro combo.

Cuando pienso en Mostaza, no se porque pienso en algo mas seco... como carente de las salsas del Mc o el Burger, no se porque. Pero en atención rivaliza. Mostaza vende Cerveza... voy a Mostaza.

Billy Lomito lo menciono aparte porque lo único que destaco es el sandwich de molleja (cantidad de molleja puede ser muy poco o muy mucho según el humor del cocinero de turno), y porque la atención no es tan programada y robóticamente servil como en los otros. Nada del otro mundo.

Sr. Ming. EVITE EL SUSHI. El mismo no es fresco, lo mandan armado y la persona que atiende no hace otra cosa que ponerlo en las bandejitas. Para manipularlo se pone un guante. El tema es que con la mano que no tiene el guante, maneja la plata y también lo usa para acomodar las piezas (sin limpiarse después de tocar los billetes). Probé una ensalada con salmón ahumado que estaba rica. Le diría que de todos los lugares del Shopping, la más rica ensalada. No espere que lo traten muy bien que digamos tampoco...

Pizza Hot. Sepan que quien pone un sandwich de lomo o hamburguesa adentro de dos tostados de jamón y queso o usando dos porciones de pizza en vez de panes, tiene mi voto. Irónicamente en Pizza hot la única comida que evito es la pizza. La ventaja que tiene el lugar es que si quiere escapar un poco de la sensación de fast food, tiene muchas mesas atendidas por mozo, con carta. Es probable que tenga que mirar para todos lados hasta encontrar a uno y poder llamarlo, pero intente, que ahí están.

Hay uno nuevo, de burritos californianos o algo por el estilo que tengo que admitir que no probé. Comida mexicana en un lugar con nombre de estado yanqui me da la impresión de inmigrante ilegal, y la verdad que las fotos que tienen colgadas parecen inmigrantes ilegales en un patio de comida. Las fotos tienen menos atractivo que yo ebrio en una colonia nudista.

El otro extremo es la parrilla, de la cual no recuerdo el nombre. Las fotos son espectaculares, una decepción encontrarse con el resultado final que te sirven.

Al natural. Bueno, comí ahí una sola vez. Hubiese comido mas rápido si iba a mi casa, preparaba relleno, cocinaba la tarta, volvía al shopping y me servía la tarta yo mismo. Y aca hago un parate importante para aclarar algo. Señor cocinero de comida light, el término light no significa sin gusto... si no quiere usar sal, use pimienta, pimentón, ají, aaaaalgo que le de gusto.

Si usted es viejo, vaya a Brioche Doree, o La Distinción. Y si quiere hacerse viejo, siéntese en esos lugares y espere a que un mozo lo atienda.

Y si no tiene papilas gustativas, coma la comida del Showcase. Eso sí, si quiere comer mientras mira una película (es desagradable. Un pancho frio, masticar nachos con queso mientras se ve una película, es desagradable).

Wok y Ave Caesar ni pinchan ni cortan. Ni en atención ni en comida.

Las heladerías, Yomo y Esther son todo lo que usted puede obtener en cualquiera de sus sucursales de la ciudad. Muy ricos helados. En esther no me gusta el dulce de leche, le siento como un sobregusto metálico. Probé el otro día el que hace Yogurt helado, y la verdad que me pareció muy rico, así que si después de clavarse una hamburguesa triple, quiere hacerse el dietético, dele nomás al yogurt helado! El helado de Chungo es rico, pero no vale la pena el precio que lo cobran.

Starbucks también tiene comida, y el café es rico. Ahora, sigo insistiendo que la comida es carísima, y 20 personas adelante en cola para pedir un café tampoco vale la pena.

Si me olvido de alguno, es porque no vale la pena. En un shopping no me pongo bueno.

CONCLUSION: Es una parada obligada. En algún momento va usted a comer ahí, ya sea porque va de compras, al cine o de paseo. Este es un "haga lo que pueda", pero obviamente si quiere comer realmente bien o que lo atiendan bien, un shopping no es el lugar donde ir.