viernes, 23 de marzo de 2012

La Vie en Rose. Güemes 2301. 14/03/2012. Cena


Un bistró que clama traer a la mesa la Belle Epoque de París. Y lo logra, ciertamente les creo si me dijeran que la vajilla tiene 90 años, al igual que algunas paredes del local. Hay dos tipos de gente en el mundo, los que al escuchar algo referido a Francia les evoca un romanticismo incurable, y los que al escuchar algo referido a Francia o escuchan la palabra "bistró", les genera una sensación de ... ... asquito presuntuoso. Se imaginarán de que grupo soy.

Cuando llegamos, alrededor de las 09:15hs, no éramos los primeros en estar sentados, pero habremos sido los terceros. Lo primero que notamos fue que estuvimos un rato esperando a que nos trajeran la carta (de esos ratos que te hacen preguntarte donde se metió el mozo). El mozo, muy solícito nos ofreció comentarnos las sugerencias del día, para tener un poco de pánico escénico y olvidarse cuales eran 10 segundos después.

Como mozo, estaba enterado y entrenado en las posiciones y lugares para el servicio, dando la vuelta para servirle la bebida a cada uno desde la derecha, al igual que hizo cuando sirvió los platos. En las mesas que habían pedido vino (esta vez no fue nuestro caso), también dando vuelta a la mesa para servirle a cada uno desde la derecha, y con su mano izquierda en la espalda. Entrenamiento en fineza del servicio había.

Lo que también notamos, es que era el único mozo del local, y llegué a contar unas 15 mesas (de las cuales 12, mas o menos, se ocuparon). Como he mencionado en otro posteo, la cantidad de mozos hace a la calidad del servicio en relación directa con la ocupación del lugar, esto es, un mozo para 12 mesas de cantidades variables de entre 2 y 5 personas por mesa, que se encuentran en distintas etapas de sus respectivas comidas (ya que no llegaron todos al mismo horario), resultó ser una de las falencias mas importantes encontradas. La atención, para bien o para mal, se juzga completa, por lo que si bien podemos decir que el mozo le puso toda la onda, y todo su entrenamiento en fineza, al final del día, y corriendo para todos lados, la atención resulta en deficiente.

Lo que seguro no trajeron de la Belle Epoque, pero quizás si de la Francia actual, es el precio. Saladito. 3 personas pedimos dos entradas, tres platos, sin postre, sin café y sin vino, solo gaseosas, y gastamos 130 manguetes per cápita. Para cobrarme ese monto, hubiese esperado algo, que fuera diferencial. Si no fue con los precios de los platos, por lo menos hubiese esperado que las paredes no tuvieran pintura descascarada por la humedad, hubiese esperado que las sillas fueran cómodas (¡que realmente eran incómodas! Y mis compañeros de mesa estuvieron de acuerdo por lo que no fui yo solo, es como si la barra horizontal del respaldo estuviese mas adelante que donde termina la silla. Para sentarse correctamente, uno quedaba medio jorobado), o hubiese esperado el servicio de un mozo cada 3 o 4 mesas en vez de un mozo cada 12.

La comida realmente la disfrutamos, fue muy sabrosa. El problema del pescado es que se termina comiendo frío, ya que no viene despinado, por lo que mientras uno va comiendo tiene que ir escarbando por las espinas que en la trucha son pequeñas y se le enfría todo en el proceso.

CONCLUSION: Parece que la palabra Bistró en un lugar es justificativo para arrancarte la cabeza en un lugar donde la ambientación es descuidada, por decir poco (pero la llaman bohemia de la Belle Epoque), y esta vez, si bien la comida fue rica, desde el punto de vista de la relación precio – servicio, no rindió. La Belle Epoque no tiene porque ser descuidada, no tiene porque tener humedad en las paredes, ni un solo mozo para todo el local. Lo bohemio puede ir de la mano con un servicio eficiente.

4 comentarios:

  1. Interesante el post... habría que revisar bien el protocolo, pero tengo entendido que bebida y comida se sirven por lados distintos del comensal. Fue cómodo en este caso que el mozo diera la vuelta para servir? en algunas ocasiones me ha pasado preferir pasar los platos... Todo esto siempre depende de la velada que querramos pasar y del tipo de salida obviamente.

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    1. Supongo que no resultó cómodo para las otras mesas que quedaban esperando que el mozo se libere. Para nosotros estuvo bien. Por el precio que cobran, pasarnos el plato no debiera ser opción.

      Le escribí a Eugenia de Chikoff (no es joda), para ver si en algún momento viene a dar sus cursos a Rosario. Estaría bueno saber mejor acerca del protocolo para cuando vamos a lugares mas paquetes!

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    2. ambos se sirven por el lado derecho.

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    3. Gracias Estefanía!!! Siempre es útil desasnarnos en estos temas. Particularmente si queremos seguir progresando con la exigencia del blog!

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