Un bistró
que clama traer a la mesa la Belle Epoque de París. Y lo logra,
ciertamente les creo si me dijeran que la vajilla tiene 90 años, al igual que
algunas paredes del local. Hay dos tipos de gente en el mundo, los que al escuchar algo referido a Francia les evoca un romanticismo incurable, y los que al escuchar algo referido a Francia o escuchan la palabra "bistró", les genera una sensación de ... ... asquito presuntuoso. Se imaginarán de que grupo soy.
Cuando
llegamos, alrededor de las 09:15hs, no éramos los primeros en estar sentados,
pero habremos sido los terceros. Lo primero que notamos fue que estuvimos un
rato esperando a que nos trajeran la carta (de esos ratos que te hacen
preguntarte donde se metió el mozo). El mozo, muy solícito nos ofreció comentarnos
las sugerencias del día, para tener un poco de pánico escénico y olvidarse
cuales eran 10 segundos después.
Como mozo, estaba enterado y entrenado en las posiciones y lugares para el servicio,
dando la vuelta para servirle la bebida a cada uno desde la derecha, al igual
que hizo cuando sirvió los platos. En las mesas que habían pedido vino (esta
vez no fue nuestro caso), también dando vuelta a la mesa para servirle a cada
uno desde la derecha, y con su mano izquierda en la espalda. Entrenamiento en
fineza del servicio había.
Lo que
también notamos, es que era el único mozo del local, y llegué a contar unas 15
mesas (de las cuales 12, mas o menos, se ocuparon). Como he mencionado en otro
posteo, la cantidad de mozos hace a la calidad del servicio en relación directa
con la ocupación del lugar, esto es, un mozo para 12 mesas de cantidades
variables de entre 2 y 5 personas por mesa, que se encuentran en
distintas etapas de sus respectivas comidas (ya que no llegaron todos al mismo
horario), resultó ser una de las falencias mas importantes encontradas. La
atención, para bien o para mal, se juzga completa, por lo que si bien podemos
decir que el mozo le puso toda la onda, y todo su entrenamiento en fineza, al
final del día, y corriendo para todos lados, la atención resulta en deficiente.
Lo que
seguro no trajeron de la Belle Epoque, pero quizás si de la Francia actual, es
el precio. Saladito. 3 personas pedimos dos entradas, tres platos, sin postre,
sin café y sin vino, solo gaseosas, y gastamos 130 manguetes per cápita. Para
cobrarme ese monto, hubiese esperado algo, que fuera diferencial. Si no fue con
los precios de los platos, por lo menos hubiese esperado que las paredes no
tuvieran pintura descascarada por la humedad, hubiese esperado que las sillas
fueran cómodas (¡que realmente eran incómodas! Y mis compañeros de mesa
estuvieron de acuerdo por lo que no fui yo solo, es como si la barra horizontal
del respaldo estuviese mas adelante que donde termina la silla. Para sentarse
correctamente, uno quedaba medio jorobado), o hubiese esperado el servicio de
un mozo cada 3 o 4 mesas en vez de un mozo cada 12.
La comida
realmente la disfrutamos, fue muy sabrosa. El problema del pescado es que se
termina comiendo frío, ya que no viene despinado, por lo que mientras uno va
comiendo tiene que ir escarbando por las espinas que en la trucha son pequeñas
y se le enfría todo en el proceso.
CONCLUSION: Parece que la palabra Bistró en un lugar es
justificativo para arrancarte la cabeza en un lugar donde la ambientación es
descuidada, por decir poco (pero la llaman bohemia de la Belle Epoque), y esta vez, si bien
la comida fue rica, desde el punto de vista de la relación precio – servicio,
no rindió. La Belle Epoque no tiene porque ser descuidada, no tiene porque
tener humedad en las paredes, ni un solo mozo para todo el local. Lo bohemio
puede ir de la mano con un servicio eficiente.
Interesante el post... habría que revisar bien el protocolo, pero tengo entendido que bebida y comida se sirven por lados distintos del comensal. Fue cómodo en este caso que el mozo diera la vuelta para servir? en algunas ocasiones me ha pasado preferir pasar los platos... Todo esto siempre depende de la velada que querramos pasar y del tipo de salida obviamente.
ResponderEliminarSupongo que no resultó cómodo para las otras mesas que quedaban esperando que el mozo se libere. Para nosotros estuvo bien. Por el precio que cobran, pasarnos el plato no debiera ser opción.
EliminarLe escribí a Eugenia de Chikoff (no es joda), para ver si en algún momento viene a dar sus cursos a Rosario. Estaría bueno saber mejor acerca del protocolo para cuando vamos a lugares mas paquetes!
ambos se sirven por el lado derecho.
EliminarGracias Estefanía!!! Siempre es útil desasnarnos en estos temas. Particularmente si queremos seguir progresando con la exigencia del blog!
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